Estas tejas que ves en las imágenes son diferentes a las clásicas por dos motivos. Uno de ellos, el más evidente, es el material con el que están fabricadas, un tipo de vidrio que les da un aspecto semi-transparente y muy blanco que podría cambiar cómo se ven los tejados de las casas en un futuro, pasando de los típicos colores rojizos a otros tirando al blanco.
La segunda diferencia es la más práctica porque no solo sirven para proteger a la vivienda de la lluvia y las inclemencias del tiempo, también funcionan como paneles solares capaces de calentar la casa durante el invierno sin gastar ni un euro en electricidad y, además, de manera 100% ecológica.
Lo interesante de estas tejas es que no necesitan de muchas horas de sol potente para que funcionen ya que están diseñadas de manera eficiente.
Unos hilos de nylon negro absorben calor que se transmite a lo largo y ancho de las tejas, calentando el aire que circula por su interior. Este aire caliente se acumula en unos depósitos que pueden calentar el aire de las habitaciones o bien servir para calentar el agua.
El material con el que están fabricadas estas tejas es básicamente vidrio, material muy ligero que luego puede reciclarse de forma sencilla y ecológica sin que queden restos contaminantes. Además se trata de un material muy duradero, así que puedes tener calefacción y agua caliente durante décadas sin gastar más que lo que supone la inversión de la instalación.
Como extra, su aspecto similar al de una teja clásica es más bonito que el que ofrecen los paneles solares actuales, así que evitan que se afee la estructura de la casa cuando se instalan.
El diseño viene de una empresa sueca llamada SolTech Energy, así que puedes imaginar que han sido testeadas para que funcionen incluso en climas tan fríos como los del norte de Europa.